Pésima costumbre

Sin dejar de hablar de la última final jugada en la Liga de San Vicente debemos de lamentar los hechos de violencia que con bastante frecuencia se vienen dando luego de los partidos en los diversos escenarios de la provincia. Definitivamente Cañete se ha ganado un mal prestigio de violenta por los incidentes que se suscitan al finalizar los partidos de fútbol amateur. Podríamos encontrar mil razones y argumentos para terminar molestos luego de un partido, por lo general son las malas actuaciones de los árbitros que llevan a éstas situaciones pero tan malas como las malas actuaciones de los equipos con sus jugadores, ya sean sus delanteros que fallan goles o sus defensas que no defienden bien; entonces preguntamos: ¿debemos agredir a los jugadores que fallan goles? ¿debemos de agarrar a botellazos al arquero al que le hacen un gol fácil? Definitivamente NO, entonces viene la segunda pregunta ¿estamos esperando lamentar alguna tragedia para ponerle coto a ésto? Son los propios dirigentes de los clubes que en calidad de lo que representan, es decir más que simples hinchas, quienes tienen la responsabilidad de frenar éstos actos, controlar a esos cuatro o cinco desadaptados que inician los disturbios y hacerle entender de una vez por todas con su actitud a todo el público presente que lo que se juega no es más que un partido de fútbol, suena fácil pero resulta difícil, en el fútbol nos salen nuestros complejos, nuestras frustraciones, nuestra capacidad de no reconocer nuestras limitaciones y la desconfianza que nos hace pensar que el del frente actuó tan mal como alguna vez lo hicimos, ojalá amigos, esto al menos sino cambia por lo menos mejore.